Contar con una rutina de cuidado de la piel es la mejor forma de proteger y cuidar el órgano más grande de nuestro cuerpo; además, hoy día ya no tiene por qué ser un lujo, pues hay productos muy eficaces a un precio de lo más asequible. No obstante, quienes se inician en esta tarea pueden verse abrumados con tanta variedad de opciones y consejos disponibles. Por este motivo, hemos recopilado una guía con consejos básicos para que comiences tu rutina de skincare, incluidos los productos que de verdad vas a necesitar y su coste aproximado.
Pasos básicos de una rutina de skincare para principiantes
Limpieza:
El primer paso en cualquier rutina de cuidado de la piel es la limpieza, pues permite eliminar las impurezas, el exceso de grasa y el maquillaje de tu rostro. Por la mañana y por la noche, usa un limpiador suave que no despoje tu piel de sus aceites naturales. Por otra parte, la doble limpieza es un método muy popular que surgió en Corea y Japón y se ha incorporado a las rutinas de skincare en todo el mundo.
El primer paso consiste en aplicar un limpiador a base de aceite, que descompone y disuelve el maquillaje resistente al agua, los protectores solares y la grasa cutánea. A continuación, puedes utilizar un limpiador a base de agua para eliminar cualquier residuo restante y las impurezas solubles como el sudor y la suciedad. La combinación de ambos pasos permite limpiar los poros en profundidad y refrescar la piel.
Tónico:
Tras la limpieza, aplicar un tónico puede ayudar a restaurar el pH de la piel y prepararla para absorber mejor los productos que se utilizarán a continuación. La mayoría de las pieles agradecerán un tónico suave y sin alcohol (conviene que no sea demasiado astringente, incluso en pieles muy grasas, a fin de no debilitar la barrera hidrolipídica de la piel). Un truco para no desperdiciar producto y maximizar sus beneficios es aplicarlo sobre el rostro directamente con las manos, con toques suaves, en lugar de utilizar un algodón.
Sérum:
Los sérums para la piel son concentrados con una alta dosis de ingredientes activos cuyo fin es abordar problemas específicos de la piel. Son más ligeros que las cremas hidratantes y se absorben rápidamente, lo que permite que los ingredientes penetren en profundidad. Los sérums pueden variar en sus funciones; algunos están formulados para hidratar, como los que cuentan con el ácido hialurónico entre sus ingredientes estrella; otros aportan luminosidad a la piel, como los que incorporan vitamina C; también los hay para combatir arrugas, como los basados en el retinol o el bakuchiol, o para reducir las manchas, como los que incorporan la niacinamida o el ácido kójico. Puedes elegir el sérum que mejor se adapta a las necesidades de tu piel e incorporarlo a tu rutina de skincare; en poco tiempo podrás observar sus beneficios.
Hidratación:
Con independencia de tu tipo de piel, la hidratación es clave. Incluso en pieles grasas, pues ahora se sabe que su apariencia puede ocultar un grave problema de deshidratación. La clave, por tanto, está en la textura: las pieles grasas y mixtas se beneficiarán de las texturas en gel, mientras que las pieles más secas agradecerán las consistencias más ricas. Utilizar una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel te ayudará a mantenerla nutrida, elástica y protegida.
Protección solar:
Durante el día, completa tu rutina con un protector solar de amplio espectro para proteger la piel de los dañinos rayos UVA y UVB. Debes aplicarlo a diario, incluso si está nublado, y reaplicar cada dos horas o menos si estás haciendo alguna actividad física o permaneces al aire libre.
En la actualidad, existen protectores solares que incorporan ingredientes activos para ofrecer tratamiento extra mientras resguardan tu piel del sol. Además de un protector solar en crema o sérum, una opción muy interesante es la de las brumas solares, que te permiten reaplicar la protección a lo largo del día incluso si te has maquillado.
¿Qué productos necesito para un skincare básico?
Para una rutina de cuidado básico de la piel, necesitas cuatro productos esenciales:
Limpiador:
Si tu piel es sensible, opta por limpiadores más cremosos y sin fragancias. En el caso de las pieles grasas, decántate por limpiadores con base de gel que contienen ácidos como el salicílico o glicólico. Si apuestas por la doble limpieza, el primer paso debe ser un limpiador en textura gel o manteca.
Tónico:
Busca uno que no contenga alcohol y sea respetuoso con la piel. Los tónicos con ingredientes como el aloe vera o el agua de rosas son excelentes para calmar el rostro.
Hidratante:
Si vas a prescindir del sérum, elige una crema hidratante que se ajuste a las necesidades de tu piel e incorpore ingredientes activos para aquello que quieres tratar. Como mencionamos antes, las cremas con textura más rica son idóneas para la piel seca, mientras que las fórmulas en gel son ideales para la piel grasa.
Protector solar:
Un protector solar de amplio espectro con un FPS de 50, incluso en invierno, es imprescindible. Si vas a estar al aire libre durante largos períodos, te vendrá bien recurrir a fórmulas resistentes al agua y a las brumas solares para reaplicar.
¿Cuánto gastar de media en mi skincare?
El coste de una rutina de skincare puede variar ampliamente dependiendo de la marca, los ingredientes y el lugar de compra; todo dependerá de tu presupuesto. Hay productos de calidad disponibles incluso en supermercados y grandes superficies que te permitirán crear tu rutina de skincare por muy poco.
- Limpiador: a partir de tres euros.
- Tónico: tienes buenas opciones incluso por debajo de los tres euros.
- Hidratante: a partir de seis euros (aunque existen opciones que superan los 400 euros).
- Protector solar: por menos de siete euros hay opciones de buena calidad.
Comenzar una rutina de cuidado de la piel no tiene por qué ser complicado ni costoso. Con los productos adecuados y conociendo bien tus necesidades, puedes mantener una piel sana y radiante sin desestabilizar tu presupuesto.
